El impenetrable chaqueño es un extenso monte de mas de 20 mil kilómetros cuadrados, situados al norte de Chaco al límite con Formosa. Un extraordinario monte, rico en maderas, que contrasta con la inmensa pobreza que viven las 60 mil almas que lo habitan. El 90% de esta población es de origen wichí, un pueblo originario que recibió hace 600 años a los españoles, que al ver sus riquezas decidieron establecerce y de a poco “civilizalos” con consabidas consecuencias.
Desde entonces los historiadores cuentan los padecimientos que “los wichís” han sufrido. Olvido, desidia, marginalidad, exclusión que por décadas han llevado a estas comunidades al limite de la “indigencia”. Con la modernidad, las condiciones empeoraron, aquí aún conviven con enfermedades como la tuberculosis, las desnutrición, el “mal de chagas”. Viven sin ningún sistema de salud, una precarización en la educación premeditada, sin servicios básicos, sin agua, sin trabajo, un contexto que originó que la Organización de las Naciones Unidas declarar esta zona como “de desastre Humanitario”.
Esta es la zona tiene el más alto índice de mortalidad infantil, aún sabiendo que muchas muertes no se ven, las que ocurren monte adentro. Más del 50% de los niños, sufre “mala alimentación”, quizá la peor enfermedad de todas, porque mata despacio y en silencio. La dieta de los niños basadas en harinas y grasas, les imposibilita contar con las proteínas esenciales para que el cerebro de los niños pueda desarrollar ejercicios cognitivos y así tengan la posibilidad de pensar.
Hace 3 años visitamos por primera vez esta zona, viendo tamaño absurdo, decidimos actuar y así poner en marcha diferentes programas de ayuda tendientes a mejorar la condiciones de vida que tienen estas personas, fundamentalmente los niños. Entre uno de esos aspectos inauguramos un primer merendero al que asistían 32 niños. Hoy tenemos 10 merenderos que también son comedores al que asisten mas de 1000 niños y también sus familias, llegando a un universo de 3.000 personas, que sufren hambre.
Es muy grande el esfuerzo que hacemos para poder juntar los alimentos “no perecederos” que llevamos en nuestros viajes y juntar el dinero para realizar compras semanales, en la zona de intervención, de productos frescos para servir más de 40 mil raciones al mes.
Por este motivo, realizamos esta invitación para apadrinar alguno de los 10 merenderos / comedores de nuestra Fundación en el impenetrable. Mediante un aporte mensual, llevaremos adelante el plan de alimentación programado con almuerzos y meriendas.
Cada padrino, sea persona física o empresa, recibirá su correspondiente recibo por su aporte, que podrá descontar, de acuerdo al régimen del país en donde resida, del pago obligatorio de responsabilidades tributarias. Además recibirá todos los meses fotos de las actividades realizadas y trimestralmente un informe detallado de todo el trabajo realizado, para que pueda inscribir esta acción como “Responsabilidad Social Corporativa”.
A continuación detallamos cada merendero /comedor, la cantidad de personas y familias que asisten a cada uno y el costo que estimamos para el padrinazgo.
Estamos a disposición. Whatsapp (54 9 11) 2164 6003, Teléfono +54 11 4786 1798, mail: marcelo@espiga.org, www.chacoexiste.org
Muchas gracias!
Verónica, Elena y Marcelo.
La elaboración del plan nutricional contiene leche, carne, pollo, verduras varias, polenta, lentejas, salsas, arroz, fideos, dulces varios y SuperSopa: Este producto consiste en una "sopa concentrada", elaborada sobre la base de hortalizas, carne vacuna como fuente de proteínas, aporte calórico en la forma de materias grasas y una base amilácea como el arroz.
Somos una organización sin fines de lucro que se sustenta con aporte voluntarios y donantes particulares y empresas comprometidas.
Las donaciones a FUNDACION ESPIGA (Yeah!) (CUIT: 30-69939101-4, Certificado AFIP #412020058801) son deducibles del Impuesto a las Ganancias según el Art. 81 de la Ley N° 20.628, con vigencia desde 01/01/2020 hasta el 31/12/2021. Nuestra Fundación no recibes donaciones políticas, ni de ninguna organización religiosa. Contra cada aporte sugerimos contactarnos a administracion@espiga.org o por teléfono: (011) 4786-1798, Whatsapp: (54 9 11) 6670-1732
Mi nombre es Ismael, tengo 24 años. Vivo en Resistencia, pero nací en El Sauzalito, un pueblito perdido, al norte de Chaco. Tengo dos hermanitos y mi mamá, que se quedaron allá. No tuve papá o mejor dicho, no lo conocí. Soy aborigen Whichí. Tuve una infancia difícil, con muchas carencias. Donde nací, no había nada, no teníamos juguetes, dormíamos en el piso, comíamos poco y lo que había. Yo tenía dos sueños, tener una bici y conocer la cancha de Boca.
Un día llegó la Fundación desde Buenos Aires. Empezaron a ocuparse de nosotros y porque vivamos un poco mejor. Recuerdo un día, en el merendero me festejaron por primera vez mi cumpleaños y me regalaron una bici, así cumplí mi primer sueño y por primera vez tuve algo mío. Los señores de la Fundación hablaron con mi madre y por eso volví a la escuela. Nos ayudaron hasta que pude terminarla y también me dieron el pasaje a Resistencia. Ahí empecé a trabajar en un supermercado, hasta que terminé mis estudios. Hoy, soy agrimensor, trabajo de lo que me gusta y ayudo a otras personas.
El año pasado pude pagarme mi pasaje para conocer la cancha de boca. Que linda es!
Como ya no me quedaban sueños, me puse por delante uno más grande, enseñarle a leer a mi mamá, porque estoy seguro que aprendiendo a leer y a escribir se derriban todas las barreras, esas que hoy me permiten escribir mi historia.
Gracias a todos los que hicieron esto por mi.
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3 de Febrero 2856, Pasaje Ushuaia.
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